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sábado, 22 de junio de 2013

Ada, la cebrita desconfiada

Este cuento trata el valor de la amistad y la importancia de aceptar a los demás a pesar las diferencias, valorar esa diversidad para un enriquecimiento mutuo.







La cebrita ada es buena y bonita. Pero no se sabe por qué tiene miedo de juntarse con otros animales que no sean cebras. No le gustan, aunque su mamá siempre le dice que es lindo tener amigos diferentes, siempre y cuando sean buenos. Ada es muy juguetona. Salta, persigue mariposas, corre carreritas con sus hermanas cebras. Tanto que un día se entusiasmó muchísimo y se revolcó en el barro, con el lomo en el suelo y las cuatro patitas galopando en el aire. Se divirtió tanto que no oyó cuando llamaron a todas las cebritas para que volvieran a casa. Su mamá, muy enojada, la fue a buscar al caer la tarde y no tuvo tiempo para lavarse. Ada estaba tan sucia que no se le veían las rayas blancas. Al otro día, muy temprano, la cebrita se fue al río para bañarse antes de que todos la vieran tan sucia. Y en el camino, se cruzó con un cabalito blanco, que muy alegre le preguntó: "¿A dónde vas tan temprano, yegüita negra?". Ada miró alrededor buscando a la yegüita negra... y de pronto se acordó de sus rayas blancas tapadas con baro. ¡La que parecía una yegüita negra es ella! y el caballito blanco le dijo: "¡Qué suerte que te encontré! ¿Quieres ser mi amiga?". A la cebrita le gustó el caballito. Sin pensarlo mucho, se puso a jugar, a saltar, a correr mariposas y todo le pareció más lindo porque estaba con su nuevo amigo. Pero sucedió que, cuando estaban en lo mejor del juego empezó a llover. Y llovió y llovió. La lluvia lavó a Ada y el caballito blanco vio que era una cebra. "¿Por qué no me lo dijiste?" -preguntó. "Porque pensé que a lo mejor no querrías jugar conmigo si sabías que era distinta..." -contestó Ada. El caballito sacudió la cabeza. "No sabes que lindo es tener amigos diferentes de mi? me encanta tener una amiga con rayas...". Ada y el caballito blanco siguen siendo muy amigos. Él, de vez en cuando, juega a ser cebra: se pinta rayas con barro y los dos se ríen mucho.


FIN


Escrito por:
Silvina Reinaudi


El sapo de la laguna

Este cuento trata el valor de la amistad, aceptar los errores propios y perdonar.








Había una vez un sapo verde con manchas amarillas, que se llamaba Sapón, que estaba muy contento por que vivía en una laguna rodeada de árboles llenos de hojas que se caían al agua y él las usaba para pararse encima y no mojar sus patitas y comer moscas y gusanitos.
Pero un día apareció en la laguna Rey que era un enorme león malo y grande, con ojos chiquitos y enormes y filosos dientes, con muchas ganas de comerse a Sapón; Sapón grito, grito, y grito hasta que por fin alguien lo escuchó, era nada mas y nada menos que el dinosaurio Cuello Largo, quien rápidamente corrió en su ayuda y con todas sus fuerzas le pegó con su cola a Rey.
A Rey le dolió tanto ese golpe que se fue caminando despacito a su casa, pero con tanta mala suerte que en el camino se tropezó con la abeja Aguja, quien tambien le dio su merecido pinchándole la cola.
Rey lloró tanto, tanto, tanto que despertó a palito el chanchito dormilón, que enseguida fue a ver que pasaba, y cuando llego y entro a su casa ¡¡¡¡¡ahhhhh!!!!!, ¡¡¡¡¡que horror!!!!!, Rey tenia la cola hinchada, entonces Palito le preguntó: ¿qué te pasó?, ¿quién te hizo eso?, Rey le contestó que Cuello Largo le había pegado muy fuerte con su cola y que Aguja le había pinchado la cola, entonces Palito se animo y le volvió a preguntar: pero...¿por qué todos los animales están tan enojados con vos?, Rey se puso colorado y le dijo que él sí había querido comer a Sapón. Ah, ya, ya entiendo
Cuello Largo y Aguja lo defendieron, bueno a mi me parece que tenes que ir a pedir perdón a Sapón, si querés yo te acompaño a la laguna, ¿vamos?, peeero ¿no me van a pegar entre todos otra vez?, no, yo te prometo que no, dijo muy seguro Palito.
Y así fue como Palito y Rey caminaron juntos hasta la laguna. Cuando llegaron estaban: Cuello Largo, Aguja y Sapón, que al verlos, los tres se miraron, pero rápidamente Rey exclamó perdón Sapón, perdón, lo que sucede es que yo tengo muchas ganas de comer cualquier cosa y Sapón se veía tan rico...¡pero Hombre!, dijo cuello largo si lo que tienes es hambre entre todos podemos preparar una rica comida, ¡que tal !, si , si, si, yo traigo la miel, dijo Aguja, y nosotros algunas plantas muy sabrosas, dijo Cuello Largo, y yo preparare la mesa, dijo Rey.
Así todos disfrutaron un hermoso almuerzo en la laguna....... 
FIN
Escrito por 
Marcela Gil